domingo, 4 de noviembre de 2012

MARCO CONCEPTUAL EN PSICOGERIATRIA

El envejecimiento entre otras cosas esta matizado de una serie de cambios físicos, mentales, psicológicos y sociales, todos ellos determinan que al llegar a la senectud el individuo se enfrente
a una auténtica crisis de adaptación, la cual puede convertirse en una forma de alcanzar la mejoría o al menos mantenerse en un nivel adecuado de funcionalidad, o provocar un proceso de deterioro, al no lograr superar dicha situación conflictiva, cayendo en un proceso de daño reversible a su bienestar o un franco proceso de deterioro, dependiendo de los recursos psíquicos y biológicos, redes de apoyo y situación socioeconómica con que cuente la persona en concreto. Es aquí donde cabe entonces preguntarnos cuáles son esas características que identifican al adulto mayor.
En primer término debemos decir que una persona de la llamada tercera edad, tiene como parte de los cambios originados por su envejecimiento, una sustancial reducción de la masa muscular, reducción notoria y progresiva de la fortaleza, frecuentemente hay afección de los órganos de los sentidos y su consecuente reducción de las capacidades perceptivas, así como modificaciones fisiológicas, que determinan una disminución en la capacidad ejecutiva, todos estos factores de manera general provocan cambios en la autoimagen, los que se reflejan en cambios del auto-concepto, la autoestima, y la particularmente dañina pérdida de la autonomía, al verse el individuo limitado para realizar actividades remuneradas, reducida su capacidad para el desplazamiento, la realización de actividades domésticas habituales, ve también limitada la posibilidad de realizar actividades recreativas y de esparcimiento, en total, se afecta la funcionalidad global, comparada con la que antes tenía.
Por lo que respecta a los aspectos mentales y psicológicos, el adulto mayor se enfrenta a una reducción de variable intensidad de algunas funciones cognitivas, tal es el caso de la velocidad del pensamiento, la capacidad misma del pensamiento analítico, la memeoria y la capacidad para adquirir nuevos conocimientos, así como la presencia de ciertas fallas en sus conocimientos prácticos y conceptuales previamente adquiridos, sin embargo y aunque generalmente no los asume hay un gran potencial en las funciones prácticas para la vida, la inteligencia intuitiva, enriquecida por la experiencia, esto se acompaña de una labilidad emocional biológicamente determinada, exacervada por múltiples pérdidas, esto en si mismo es un factor de tensión emocional, lo que se acompaña de la activación o resurgimiento de mecanismos psicológicos defensivos de orden regresivo como són la negación, la proyección, eventualmente la escisión y sustancialmente la condensación y desplazamiento, todo este cortejo prepara el camino para los cambios caracterológicos y de comportamiento que suelen acompañar al proceso de envejecimiento, que agrava la situación social en la que vive el anciano, así como la carencia de apoyos y rerspaldo familiar e institucional, pues es bien sabido que en la tercera edad, una gran cantidad de hombres y mujeres han perdido a sus parejas, por viudez, divorcio o abandono y otros
que nunca se unieron de manera permanente y en el momento de ser mayores de edad ya las posibilidades son sumamente remotas. De igual manera ya los hijos llevan sus vidas aparte, se han separado del hogar paterno y frecuente-mente realizan pocas visitas al mismo, rematando con el hecho de que muchos de los conocidos y amigos de la misma edad ya han fallecido, estan
incapacitados por alguna enfermedad o han sido trasladados a la casa de algún hijo u otro familiar, un asilo o alguna otra institución, en fin, los ancianos han perdido sus contactos sociales, sus redes de apoyo y frecuentemente incluso a la familia.
Las condiciones en las que vive este, en la actualidad, desprotejido grupo etario, se constituyen en graves desventajas y limitaciones, que atentan, en ocaciones catastróficamente, contra el bienestar integral del sujeto, predisponiendo o empeorando las enfermedades crónico degenerativas, la presencia de accidentes diversos, el descuido y el maltrato de que en ocaciones son víctimas y la carencia de recursos impide que estos problemas se puedan resolver satisfactoriamente.

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